Los hombres cuando no juegan, desgraciadamente hacen la guerra. Silvio Avila juega con estas bellas figuras infantiles que se divierten lanzándoles piedras a la luna, como algunas veces nosotros quisiéramos hacer con nuestras fantasías. Es una pintura seria y bien hecha que nos lleva a un mundo surrealista lleno de gracia e ilusión.
Con magnífico dibujo y especial composición, el artista, de un tema ligero logra una pintura altamente profesional, cumpliendo todas las reglas de oro de una obra de arte. Tanto en el tratamiento del color como en el expresionismo de los rasgos que desea resaltar, el pintor nos da una lección sincera y profunda de lo que es un buen cuadro y de con su obra, y así lo compartimos.